Dicen que Somiedo es el país de los osos. Pero lo cierto es que bien podría ser el país del agua. Tranquilos, limpios, imperturbables al paso del tiempo, como si nadie nunca antes hubiese estado allí. Así se encuentran los lagos glaciares de Somiedo. En total son cuatro, divididos en dos valles. Tres de ellos están en Saliencia: Calabazosa, Cerveriz y La Cueva. El cuarto se encuentra en el Valle del Lago. Con el agua que mana de estos tres embalses naturales se genera energía eléctrica en la estación de La Malva, donde nació Hidroeléctrica del Cantábrico en 1916. También genera energía eléctrica un poco más abajo, en la estación de La Riera.

Después de una subida de 20 kilómetros con un hayedo a la izquierda y un robledal a la derecha, se llega al alto de La Farrapona, donde comienza la senda peatonal que lleva a los tres lagos de Saliencia. Una pista de tierra roja ofrece al caminante un vestigio de que un día allí los hombres entraban tierra adentro, a la mina, de donde extraían hierro. El valle de Saliencia es amplio, rodeado de impresionantes montañas a más de 1.700 metros de altura, que ofrecen unas panorámicas perfectas.

El primer lago que se encuentra es el de La Cueva. Más arriba está Calabazosa, que en muchas ocasiones pasa desapercibido, pues unas peñas lo ocultan. Pero si el senderista es ávido y lee los carteles, subirá una pequeña peña para poder admirar el lago más profundo de Asturias, con 64 metros de profundidad. Por eso de sus aguas abismales lo conocen como «el lago negro». Allí, en la abrumadora soledad de la alta montaña, se oyen a lo lejos los cencerros de las 2.000 ovejas merinas (observadlas en la foto) que pastan durante el verano en Somiedo. Y son las últimas. El resto es paz. Es tranquilidad.

Al otro lado del valle de Saliencia, en dirección Oeste, se encuentra el Lago del Valle, a 1.550 metros de altura, que, al igual que Calabazosa, también es de récord, pues es el más grande de Asturias. Si Saliencia es territorio ovino, El Valle es para las vacas de raza asturiana de los valles. Campan libres, a sus anchas, vigiladas diariamente por sus dueños, que aún mantienen el oficio trashumante.

Como remate os pongo foto del grupo que pude sacar a la hora de comer.
La pena es que se me estropeó la cámara (funcionaba a ratos) y no pude sacar los otros lagos y otras cosas que se me quedaron en el tintero.
Actualmente me la están reparando.

Vaya maravilla Joseba, debistéis disfrutar a lo grande. Lo de la cámara una pena, pero así tienes una escusa para volver, a ver si podemos coincidir algun otoño por allí y subimos a alguna otra braña de Somiedo, como la de La Pornacal, que es otra gozada, aunque los lagos son caso aparte.

Los osos casi se puede decir otra vez que abundan por Somiedo y Cangas, parece que por fin se van recuperando, ya llegan a 130 en los últimos años los censos de esta poblacion occidental, cada vez es más fácil verlos tirando de prismáticos. ¿No pillasteis alguno yendo con los guardas o te lo estás guardando para el final? Y sospecho que algún rebeco debisteis ver también, por los lagos siempre suelen andar algunos grupos. Joer, que ganas de volver!

Me alegro mucho de que te gustara Somiedo, siempre me resulta curioso que no sea más conocido a nivel nacional, pero seguramente es mejor así.

Un abrazo

Creo que me apunto el sitio como próximo destino, llevo dos años visitando el Pirineo en verano, y aunque creo que es inacabable y podría ir todos los años, está bien variar y el que nos trae Joseba parece un destino fantástico, y con tus explicaciones entran ganas de irse de cabeza, jejeje.

Esperemos que no sea nada lo de la cámara y puedas recuperarla pronto.

Saludos.

No te arrepentirás si vas David, y como a Joseba, te aconsejo visita doble Somiedo- Cangas, calizo-silíceo. Si vas avisame que te digo unos cuantos sitios que no te puedes perder y te aconsejo sitios para comer y para dormir bien y barato.

Ok Diego, lo tendré en cuenta cuando vaya, por ahora este año toca Pirineos.

Te llego mi email David?

Sí, además Antonio me respondio rapidamente y sin ningún problema, se ve que es un apasionado del Pirineo. Muchas gracias por el contacto.

Saludos.

De nada compi. Antonio es un fenómeno de tío, siempre dispuesto a echar un cable. Y un micólogo del copón, si coincides con él vas a aprender mucho.